La sed, el hambre y los tiburones eran solo una parte de sus retos. El espectro de la locura, la soledad –después de la muerte de su compañero de pesca– y la desesperación fueron sus enemigos más peligrosos. Pero su inge- nio, su determinación y una capacidad de resistencia increíble le llevaron a rea-lizar una gesta que no tiene parangón en la historia moderna. En una panga de pocos metro...